« QEZ, ARQUITECTURA DEL VINO »
La visión madura de Juan Vázquez sobre las tierras de Finca el Espinillo,
Un diálogo honesto entre el viñedo y el autor,
El respeto que prima por la diversidad, la naturaleza y lo natural,
Un conjunto muy bello en perfecto equilibrio.
Un espumoso en el que se logra cuidar mucho los detalles y donde se encuentran los matices que ofrecen el gusto por lo bello y la esencia de los sabores.
EL HOMBRE Y LA NATURALEZA
El plan del hombre selecciona vides de alta calidad y distribuye la viña con criterio, buscando el lugar idóneo para el desarrollo de cada planta en armonía con sus semejantes. El trabajo del hombre acompaña con mimo meticuloso el crecimiento de la planta proporcionando los cuidados adecuados. La vida en la Naturaleza recoge esa intención y la proyecta a lo largo de cada temporada resultando sus frutos y dentro de ellos toda la esencia que trasladaremos en cada botella.
LA HUELLA QUE PERDURA
El compromiso del que ama el campo tradicional y espera con pasión el futuro se renueva diariamente.
Pisar la tierra y descifrar el carácter de cada parcela, tener los sentidos dispuestos para percibir sus necesidades, sentirlas, sentirlas en uno mismo y aprender con toda esa información, aflora el camino de lo perdurable, de lo sostenible.
Sensibilidad y dedicación, para capturar la pureza de lo natural en cada burbuja, es la filosofía de QEZ Brut Nature
LA ESPERA ES NUESTRO BRUT
Un viticultor de corazón, como lo es Juan Vázquez, conoce la importancia de la espera. El ritmo tornadizo de las estaciones y sus infinitas variables parecen trabajar en simbiosis hasta ofrecer un azaroso fruto de la vid lleno de matices.
Nuestra espera paciente fortalece ese respeto necesario del que trabaja con el resultado diferente y único de toda una campaña. Materia prima irrepetible con la que completar nuestro recorrido hasta tu copa.
Acompañando a la vid mientras escribimos los renglones de nuestra historia.
EL CUIDADO DE LOS DETALLES
Enólogo y Viticultor, mano a mano, arquitecto del vino con arquitecto del vino, un fin común, una meta clara: diseñar cada proceso necesario para mostrar la perfecta arquitectura que subyace en los vinos creados en Bodegas Vázquez, llevado a su máxima expresión en QEZ.
LO EFIMERO DEL AHORA
En contraposición a la velocidad del hoy, la pausa y la calma de los ciclos de vida en el campo. Otro ritmo diferente con el diapasón de la naturaleza sobre el que vive nuestra bodega, con la intención de perdurar y apearse de la condición efímera actual, fortaleciendo los cimientos de nuestra bodega.
Una oda a la vida en el campo y al perdurar de sus valores.
UNA MIRADA HACIA EL FUTURO
Un punto de fuga trazado, que prolonga las líneas del presente y fijan la mirada siempre hacia el futuro.
Bodegas Vázquez traza su propio camino en busca de la mejora del producto, la innovación en los procesos y el respeto por la tradición para encontrar en cada añada el carácter propio de QEZ.
EL TODO SE TRASLADA A LA COPA
En la copa, que se eleva como columna firme para soportar el todo, veremos los posos restar en su fondo. Estos son los cimientos que desea mostrarnos el vino.
La mancha en forma de lágrima es la impronta que deja el vino, su color, su sabor, deben evocar la honestidad del terroir cuando se traslada a través del cristal a la boca.
¡Brindemos!
QEZ toma vida de la naturaleza que será devuelta con la vida de los momentos gracias a QEZ.